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No se respetó la dignidad humana antes del motín, ni después. La falta de atención se trasladó a los familiares que tuvieron que esperar horas críticas para saber el estado de salud de sus seres queridos.

Los vecinos del lugar aseguraron que se escuchaban los gritos de los presos sufriendo de la asfixia y del fuego. Los presos trataron de salir y no recibieron ayuda inmediata.

Cuando la ayuda llegó, no pudieron realizar las tareas de urgencia porque las puertas estaban pegadas con el calor. 

No alcanzaron los extintores y no había agua. los bomberos llegaron luego de 6 horas.

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